A veces siento que vivo en un cuento permanente. Un cuento como los que nos leían de pequeños. Un cuento de los que teníamos en nuestros primeros libros infantiles. Un cuento de los que nos enseñan en las películas. A veces real y otra no tanto. O al menos no te gustaría que lo fueran.
Normalmente mi día de cuentos incluye a la bruja, a la rana que no se convierte en príncipe, últimamente al príncipe convertido en rana petarda y por supuesto a l@s mal@s de la historia. Pero toda historia, que nos parecía horrible de pequeños acaba siempre con un final feliz. Y si no mira Bambi cuando moría su mamá. O Blancanieves cuando se comía la manzana. O la Bella Durmiente. O…. tantas y tantas otras historias.
Hoy el día empezó con l@s mal@s del cuento provocando accidentes en la autopista y poniéndome de los nervios.
La bruja… esa “compañera” de oficina que no te quita el ojo de encima milimitrándote a cada paso.
Las cosas buenas… un futuro nacimiento para Diciembre de una niña que a buen seguro será preciosa con una mezcla de culturas que también incluye la canaria. La Princesa del cuento.
La rana… Ya se verá si se convierte o no en Príncipe. Tiempo al tiempo para el “y fueron felices y comieron perdices”
Y como todo protagonista de cuento, normalmente la historia se adereza con amigos que aconsejan al protagonista en el transcurso de la historia y que le acompañan en sus hazañas.
Algún día pondré en práctica esta trama y desarrollaré el cuento que quizás, quien sabe, me haga como J. K. Rowling….
Tiempo al tiempo.
Normalmente mi día de cuentos incluye a la bruja, a la rana que no se convierte en príncipe, últimamente al príncipe convertido en rana petarda y por supuesto a l@s mal@s de la historia. Pero toda historia, que nos parecía horrible de pequeños acaba siempre con un final feliz. Y si no mira Bambi cuando moría su mamá. O Blancanieves cuando se comía la manzana. O la Bella Durmiente. O…. tantas y tantas otras historias.
Hoy el día empezó con l@s mal@s del cuento provocando accidentes en la autopista y poniéndome de los nervios.
La bruja… esa “compañera” de oficina que no te quita el ojo de encima milimitrándote a cada paso.
Las cosas buenas… un futuro nacimiento para Diciembre de una niña que a buen seguro será preciosa con una mezcla de culturas que también incluye la canaria. La Princesa del cuento.
La rana… Ya se verá si se convierte o no en Príncipe. Tiempo al tiempo para el “y fueron felices y comieron perdices”
Y como todo protagonista de cuento, normalmente la historia se adereza con amigos que aconsejan al protagonista en el transcurso de la historia y que le acompañan en sus hazañas.
Algún día pondré en práctica esta trama y desarrollaré el cuento que quizás, quien sabe, me haga como J. K. Rowling….
Tiempo al tiempo.
1 comentario:
Cuéntame un cuento
y verás que contento
me voy a la cama
y tengo lindos sueños
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