martes, 16 de diciembre de 2008

Tu voz

Ese texto tan raro que el otro día “reconstruiste”, tenía al pie de página, el lugar desde dónde se había extraído. Fue curioso descubrir que existe una web que se llame “quiero que me leas”. Sin entrar a hablar de esta web y de su contenido, lo que me ha gustado es la idea. Así que pensando con esta cabecita que casi nunca para, me puse a darle vueltas a la idea de que tú me leyeras. De alguna forma cuando te escucho, cuando hablas conmigo aunque solo sean tonterías, algo dentro de mí se sacia, se calma. Es como si tu voz funcionara como un hornillo que calienta mi alma, mi corazón y que alimenta mis pensamientos y mi cerebro. Pasaría horas escuchándote divagar y elucubrar sobre cualquier materia. ¿Por qué no entonces oírte leer? Me gustaría poder escuchar, mientras me acurruco a tu lado, ese poema que adiviné de Walt Whitman recogiendo el guante que nos lanzaste a todos los que visitamos tu blog. Seguro que en tu voz suena diferente a como yo lo leo. Quizás con ese aire de misterio que siempre mantienes y que tanto atrapa.

1 comentario:

Misionero dijo...

apagados los murmullos de la "fama". Digeridos los alimentos del espíritu enfervorecido, dispongo a partir hacia nuevos destinos, por allí he pasado, pero nunca dejo de mirar atrás, en el horizonte percibo la cercanía del momento, de ese instante fugaz, traspuesto. Orgulloso es mi caminar, lento mi destino, todo podría hacerse esperar, largo tiempo soñando con ese colchón de calma, de sosiego, de un lugar donde poder, al fin, descansar.

Todo ello, al lado, acompañandome, otra alma, que como la mía, suspira, por poder ofrecer paz, por poder tocar el hueco que todos tenemos por llenar.

Sigo, continuo, avanzando. Pienso, en ello constantemente.

Tus palabras incentivaron este instante de escritura, que es paralelo, a mi momento de trabajo.

5 minutos. ¿improvisación?. ¿quién sabe?. ¿fuerza?, estoy seguro. ¿Consternación?. Nunca, pues en ello se refugia el impedido.

Un saludo desde áfrica.

PD: no lo voy a repasar. Está escrito como dijo aquel con el alma.