Aún no hemos terminado Enero y ya todo está rodeado de San Valentín. Aquí en Tenerife, la cosa no se nota tanto porque donde quiera que mires está el ambiente carnavalero. La gente preparando los últimos toques del disfraz y listos para la elección de la Reina del Carnaval 2008. Pero es solo abrir el correo, cualquiera de todos los que tengo. El del trabajo, el hotmail, el gmail, terra... y es un bombardeo de emails de San Valentines, cupidos, corazoncitos y demás que ya llega a ser tan pesado como cursi. Vamos un lío. A mí lo del romanticismo me va, me puede y me pone mucho, pero en pareja. No necesito que me recuerden el 14 de Febrero para saber si amo y quiero a alguien. Y mucho menos en qué y con qué precio/regalo tengo que hacerlo. Personalmente soy una romántica reconocida por todo el que me rodea, pero últimamente me puede más el morbillo. jajaja. Con tantas horas de carretera de camino al trabajo y luego a casa, ya hasta ligo de coche a coche. jajaaj. Es divertidísimo. Así que para seguir con la diversión... aquí os dejo a Robert Palmer ilustrando el título de este post.
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