Como decía Rubén Blades en una canción;
“La vida te dá sorpresas,
sorpresas te dá la vida.
Ay Dios!!”
Y el caso es que en los últimos años no hace sino dármelas. Algunas muy malas y otras increíblemente buenas. Lo mejor de todo es que de cada cosa que la vida te trae siempre aprendes algo nuevo.
Hace unos años en una de esas malas cosas que la vida te ofrece, a veces todas juntas, una amiga me dijo que todo sucede siempre para mejor. Cuando escuchas eso, siempre piensas que son palabras de consuelo y que en el fondo están vacías, porque seamos serios, en ningún momento piensas que algo tan malo sea para algo bueno. Ahora con la distancia de los años y la sabiduría de las "tortas", me doy cuenta de que esa frase nunca ha sido más acertada. Todo eso malo que me ha pasado a lo largo de la vida, siempre trae una enseñanza. Te enseña que la vida puede ser dura, herirte, morderte, fastidiarte, lastimarte, exasperarte, dolerte y así una larga lista de adjetivos. Pero como ya sabemos todos… lo que no te mata, te hace más fuerte. Y no me refiero a soportar mejor los golpes. Me refiero a saber disfrutar de cada momento, a buscar el lado bueno de las cosas, a saber que todo tiene solución, a entregarte en cada pequeño beso, en cada pequeña sonrisa, en el saludo al vecino que te encuentras cada mañana en la escalera, en el gracias a quien te prepara el café. Olores, sensaciones, sabores, imágenes… con cada cosa se aprende y esta mente desinquieta que llevo conmigo disfruta de cada una de ellas. Por tanto… ¿estás preparado para tus sorpresas?
P.D.: La imagen es de una ilustradora que se llama Mar Marube.
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