martes, 30 de septiembre de 2008

A través de tu ventana


Todo comenzó con el agua de la tormenta. Y tú me refugiaste en tus brazos con un abrazo que me calentó el corazón. Me dejé querer por tus manos y tus labios. No me arrepiento de haberlo hecho. Me gustó haberlo hecho. Antes de irme miré desde tu ventana y una sensación de tranquilidad me inundó el alma. Ahora desde allí veo de alguna manera, una perspectiva de tu vida. De lo que dejas ver y de lo que muestras. De la curiosidad que me despiertas.

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