lunes, 14 de abril de 2008

Un mundo feliz...

Este es el título de un libro de Aldoux Huxley que tengo pendiente de leer desde hace miles de años. Me lo regaló mi primer novio. Nunca me había apetecido leerlo pese a que yo lo quería desde hacía mucho tiempo. Siempre que lo empezaba, acababa dejándolo en las primeras páginas y sin remedio por mucho tiempo. Pero el otro día, en el viaje a Madrid, pensé que el avión sería un buen momento porque no hay mucho más que hacer y ahora resulta que estoy enganchada. Así que ahí va un trocito de los que leo y me hacen pensar que sí, que irremediablemente el mundo va por este camino.

Al oír su voz, el director se sobresaltó con una sensación de culpabilidad, y recordó dónde estaba; lanzó una mirada a Bernard, y, rehuyéndola de sus ojos, se sonrojó violentamente; volvió a mirarle con súbita desconfianza, herido en su dignidad.

- No vaya a pensar - dijo- que yo mantenía una relación indecorosa con aquella muchacha. Nada emocional, nada excesivamente prolongado. Todo fue perfectamente sano y normal. - Tendió el permiso a Bernard-. No sé por qué le habré dado la lata con esta anécdota trivial. - Enfurecido consigo mismo por haberle revelado un secreto tan vergonzoso, descargó su furia con Bernand.

Y es que por donde mire, parece que tal y como dice le libro lo normal es ésto.

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